¿Por qué cuando algo que nos gustaba solo a nosotros, y posteriormente se vuelve "mainstream", nos parece que pierde irremisiblemente su encanto?
¿Tendrá esto algo que ver con el escondido -y confuso- deseo de ser únicos, especiales? ¿O tal vez con la añoranza de una tierra, -de un lugar, de un tiempo- virgen?
Muy interesante tu reflexión...
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