Otra característica propia del humor gráfico español es la presencia de autores "amateurs" de la ilustración. A diferencia de otros países, en donde casi todos los encargados de la o las viñetas de prensa diaria o dominical son -de una forma u otra- "profesionales" del sector o bien han recibido una formación académica ortodoxa, en España abundan los dibujantes provenientes de otros ámbitos, sobre todo del mundo del espectáculo. Es el caso, por ejemplo, de Álvaro de Laiglesia, Tono, Gila y, sobre todo, Manuel Summers. Otros muchos y relevantes autores son simple y llanamente autodidactas, habiendo recibido su formación académica o profesional en mundos a veces muy alejados del de la prensa gráfica.
Este "amauterismo" hace que el humor gráfico español sea, sobre todas las cosas, muy poco intelectualista, muy comprensible por el pueblo llano. Y prácticamente nada conceptual. El texto se impone sobre las imágenes, que están muy claramente subordinadas a áquel. Incluso en el caso de autores con una gran potencia visual, como es el caso de Mingote o de El Roto, toda la concepción de la viñeta se supedita al bocadillo o al texto a pie de imágen.
Otra consecuencia de este carácter "no profesional" es el resultado humorístico del dibujo. Aunque hay casos de "dibujo protesta", incluso en éstos el acercamiento al objeto se hace desde el humor puro y duro. Autores tan "reivindicativos" como Miguel Brieva, Máximo o Caín enfocan siempre su idea desde el humor, la mayoría de las veces "negro".
Estas breves notas quieren servir para introducir la figura -por desgracia ignorada por el gran público- como humorista de Summers, más conocido por ser el padre del líder de los Hombres-G que por otra cosa. Su humor naif, rayando en lo simplón, sin embargo va a rebufo de los grandes maestros de La Codorniz, en cuanto supone un acercamiento ácido y tierno a la sociedad española a través de sus costumbres más prosaicas.
Friday, October 15, 2010
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment